Uno de los grandes referentes de la D.O. Ribera del Duero, Pago de Carraovejas, nace de la ilusión por elaborar un vino de calidad en una zona vitivinícola que todavía era poco conocida en los años 80. Así, su fundador José María Ruiz, junto a un grupo de amigos segovianos, supieron transformar el concepto de los vinos que se servían en los mesones castellanos, cambiando la tradicional jarra por un vino embotellado de reconocimiento internacional. 

Fruto de un sueño

Todo empieza cuando José María Ruiz, un joven sumiller, se presenta como representante español en el Primer Concurso Mundial de Sumilleres en Milán y de los 60 países participantes queda en 5º lugar. Todo un mérito que le dio fuerzas para abrir su propio restaurante en Segovia y servir su plato estrella: el cochinillo con un vino de elaboración propia. Para ello, junto a un grupo de amigos, amantes también del buen comer y del buen beber, deciden crear su propio proyecto vitivinícola en las laderas de Carraovejas, en Peñafiel, un lugar elegido por representar el centro histórico de los vinos de la Ribera del Duero, por su proximidad a Segovia y por disponer de unas laderas consideradas por los mayores del pueblo como la mejor zona para el cultivo de uvas. Lo cierto es que la finca se encuentra en una ubicación inmejorable comprendida en la confluencia de ríos y protegida del frío por un imponente cerro y el castillo de Peñafiel. En definitiva, un microclima singular que favore...