En algunos lugares se suele asociar ciertos platos tradicionales a una determinada época del año.  Un ejemplo clásico son los "huesos de santo" o los "buñuelos" en vísperas de la festividad de todos los santos.   Las "torrijas" en Semana Santa.  O los mantecados y turrones durante navidad.   En otras zonas, lo que se hace es asociar un tipo de platos a una climatología concreta.   La más extendida es, sin duda, el gazpacho durante el verano.    
En Almería, ademas, y no sé si en otros lugares, sólo se cocinan y se comen "migas" los días de lluvia.  La tradición oral, o al menos esa era la "milonga" que nos contaban cuando eramos niños, aseguraba que el motivo de esta costumbre estaba ligada a que cuando llueve no apetece salir a la calle y, por lo tanto, se debía cocinar con lo que hubiera en casa: el pan duro.   Sea cierto o no este relato, lo verídico es que, hoy en día, en Almería se sigue haciendo migas los días de lluvia o cuando, en el horizonte, se vislumbra una nubecilla. Y como hoy es un día de lluvia generalizada, se nos ha ocurrido prestar atención a este plato tan modesto y que, hoy en día, esta tan presente en las cartas de tapas de Almería:  Las migas.
Naturalmente existen muchas maneras de preparar unas migas (dependiendo de la zona geográfica en la que nos encontremos), pero nosotros vamos a hacerlas siguiendo l...