Hoy os traemos una propuesta "imbatible".  Una de esas tapas con las que, seguro, vas a ganarte al comensal más exigente.   Una tapa sabrosa y contundente, de las que solemos recomendar para iniciar una noche "loca".
Se trata de una clásica empanadilla que hemos elaborado a base de morcilla y manzana.   Los pasos son muy simples.  Lo primero que tenemos que hacer es, en una sartén, sofreír la manzana, cortada en dados pequeños con la morcilla, que hemos abierto y sacado de la tripa.   Salpimentamos al gusto y reservamos.   Ahora es el momento de preparar nuestras empanadillas (nosotros hemos utilizado las obleas pequeñas que venden en el supermercado).   Añadimos una generosa dosis de nuestra morcilla y las cerramos con cuidado.   Untamos con aceite o huevo y las horneamos a unos 200 grados.   Cuando las veamos doradas, es el momento de retirarlas del horno.
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