No sé si os ocurre a todos los mismo, cada día tengo menos tiempo para dedicárselo a lo que me gusta, cada vez son más las cosas que hacer y menos el tiempo para hacerlas, me da la impresión de que me quitan horas sin saberlo.

Si bien es cierto que estoy aprovechando para hacer cosas que hace un tiempo no podía, también es cierto que he pasado un tiempo algo rara con el blog, pero lo que si es cierto es que me sigue encantando y hoy le he robado un rato a otras cosas, pero no se lo digáis a nadie.

Me apetece mucho organizarme de nuevo, poco a poco todo va volviendo a la normalidad y así le podré sacar tiempo a este hobby con el que tanto disfruto.

Bueno dejando aparte el tiempo que por cierto hace un calor que no se puede aguantar, y mis pensamientos, hoy traigo una receta (la llamaremos así) que es de lo más fácil y resulta deliciosa.
No sé si en vuestras casas hay botes que se vacían solos, que nadie ha sido el último en utilizarlo y por lo tanto a nadie le toca reponer su contenido, en la mía sí, sobre todo con el café y el azúcar, esta última desaparece como por arte de magia y gracias a esto hoy estoy aquí con esta ?receta?.
¡Al ir a rellenar el azucarero me percaté que en el reverso del paquete de azúcar viene receta!!, sí, todo un descubrimiento, la receta que vi fue la de la trenza de hojaldre con frutos secos y me disponía a prepararla cuando me acordé que en el frigorífico tenía un bote de crema pastelera que me había sobrado de...