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Fotografía Fran Guijarro
Hace mucho, mucho tiempo ya, en el jardín de casa de mis suegros, había una higuera aislada en la linde con la casa vecina, que no se, como, ni cuando, ni quien la plantó. Quizás por su posición, fuera de la estética del jardín, serian las palomas o algún otro pajarillo que con su pico sembraron la semilla desde el aire. Sea como fuere, el pequeño árbol creció al lado de una conducción de agua que le proporcionaba sustento para producir unos maravillosos higos. Su destartalado aspecto no tenia nada que ver con la exquisitez de sus frutos , comidos a pie del árbol, sin mas, sin lavar, solo pelar y degustar.
Hoy al comprar higos, me acordé de aquella higuera que me endulzó tantos buenos ratos, cuando mis hijos eran pequeños.
Los higos son un fruto muy especial de la higuera, un árbol que forma parte de la familia de las moreras (Moraceae). Son especiales, porque en realidad son acúmulos de flores invertidas y cubiertas por una vaina negra.La higuera tiene dos cosechas anuales, las brevas son los frutos de  la primera cosecha de junio a julio y el higo de la segunda de agosto a septiembre, de ahí viene lo de «de higos a brevas». Este fruto de la higuera de color morado es menos calórico que el higo. A su vez, suelen ser más grandes y menos dulces, y tienen una forma que recuerda a la pera. En realidad las brevas son higos del año anterior que no llegaron a madurar por el frío, pasand...