Sencillísima manera de degustar este sabroso pescado.
Creo que esta debe ser una de las recetas más sencillas que he publicado. Tanto es sí que casi da vergüenza publicarla. Pero como es un clásico de mi cocina, y puede ser base para otros platos (una vez limpiados los lomos) aquí la pongo.

Una sugerencia: a los que les guste el sabor del limón y no quieran liarse con una lenguado a la meunière, solo tienen que echar unas gotitas sobre los lenguados una vez emplatados.
Yo le pido al pescadero que los limpie de piel y cabeza. Hay quien los hace enteros, ya lo se, pero así dan menos trabajo. Sobre todo si hay niños, a los que se los sirves ya solo con los lomos limpios.
Otro detalle: los lenguados que suele haber por aquí (al menos donde yo los compro) son relativamente pequeños. Yo suelo poner dos por persona. Si en vuestra zona son más grandes, quizá con uno tengáis suficiente. Doy cantidades para dos personas.
Ingredientes:
– 4 lenguados.
– Sal y pimienta.
Procedimiento:
Lavar los lenguados, sacándole cualquier resto de tripa, sangre o huevas que pudieran tener. Secarlos bien con papel absorbente o un trapo seco. Salpimentar y enharinar.

Freír en abundante aceite caliente dos o tres minutos por cada lado. Si son gruesos, alguno más. Escurrir muy bien y servir.

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