Llevar una vida saludable implica cuidar nuestra alimentación. Cada vez tenemos más nociones acerca de la importancia que tiene la nutrición para nuestra salud, no sólo actual sino también futura. Sin embargo, nuestros hábitos alimenticios han ido cambiando y hemos ido incluyendo en nuestra dieta ingredientes no del todo deseables.

Sabemos que la cantidad de calorías que ingerimos debe ser proporcional al gasto energético. La función del azúcar en el organismo es la de proporcionar energía inmediata que si no se consume se va a acumular. Si bien es cierto que la energía de un gramo de azúcar es considerablemente inferior (menos de la mitad) de la que aporta la misma cantidad de grasa En una dieta saludable se recomienda que el consumo de azúcares libres no supere el 10% e incluso que que se reduzca al 5%. Así por ejemplo, un adulto que necesite consumir 2000 calorías al día, sólo 200 calorías deberían proceder del azúcar libre y mejor aún si fuesen la mitad, 100 calorías. Se entiende por azúcar libre al azúcar añadido a los alimentos bien sea durante su procesado o directamente por el consumidor. El azúcar de constitución es el que forma parte de los alimentos de manera natural. Aunque se suele extrapolar el término azúcar a la sacarosa, existen otros tipos de azúcares como la galactosa que se encuentra en la leche, la fructosa en las frutas o la maltosa en el almidón.
Reducir el consumo de azúcar es una cuestión de salud. Mejorar los h...