Clásica receta de esta legumbre que no puede faltar en nuestra dieta.
Plato de pan y cuchara, allá donde los haya. En esta ocasión he hecho una pequeña modificación. La picada debería hacerse con una rebanada de pan frito. Por increíble que parezca, en ese momento no tenía pan en casa. Así que, imaginación al poder, unas almendras tostadas me sacaron del apuro. Podéis probar las dos combinaciones, a ver cual os gusta más.
Yo he usado pastillas de concentrado de caldo, pero si tenéis caldo de pollo natural, mucho mejor.

Doy cantidades para dos personas.
Ingredientes:
– Garbanzos precocidos: 200 gr.
– 1/2 cebolla tierna.
– 1 huevo.
– 3 almendras tostadas.
– 1/2 pastilla de caldo de pollo.
– Tomate frito: una cucharada sopera. – Perejil picado: una cucharadita.
– Sal.
Procedimiento:
Lavar muy bien los garbanzos bajo el chorro del grifo. Cocer el huevo en agua hirviendo con sal durante 10 minutos. Enfriar, pelar y cortar por la mitad. Rallar la clara y reservar.
 
Poner la yema en un mortero junto al perejil, las almendras y un pellizco de sal. Picarlo todo muy bien hasta que forme una masa homogénea. Reservar.

Cortar la cebolla en brunoise y sofreír.

Cuando esté blanda, añadir la cucharada de tomate y remover. Añadir los garbanzos. Verter un poquito de agua en el mortero. Remover y añadir la mezcla a la sartén. Cubrir los garbanzos de agua. Incorporar la clara rallada. Añadir la media pastilla de caldo. ...