Si hoy empiezo esta entrada diciendo que fuimos a por cerezas y acabamos en una colegiata ,  no diría ninguna mentira,  si no la pura verdad. Así empezó nuestra mañana de domingo, llegando bien temprano a  Bolea ( Huesca) a  La feria de la Cereza     donde pudimos apreciar en todo su esplendor,  arte, naturaleza, gastronomía, cultura y  tradiciones  sintiendo la famosa  ” magia de Huesca”.

 Con un calor sofocante nos adentramos en las calles de Bolea y subimos  hasta la plaza mayor entoldada y  llena de cajas y cajas de cerezas que te ofrecen al parar en cualquier puesto,  la verdad es que nunca había estado en una feria de la cereza pero he de reconocer que  son verdaderos expertos en el fruto ya que sus cerezas están muy reconocidas dentro del sector.
Compramos cerezas , embutidos riquísimos y mi chico hizo su visita obligada (como siempre) al horno y la iglesia. Una vez hechas las múltiples degustaciones y haber saciado nuestra sed nos dirigimos  a subir hasta La Colegiata de Santa María La Mayor construida entre 1541 y 1559 y con retablos y tallas  de estilos   barrocos, plateresco y gótico , las maravillosas pinturas del maestro Bolea pintor anónimo que utiliza estilos de dos corrientes,  flamenca e Italiana, el coro de madera de nogal y roble, El facistol giratorio con los libros de salmos en pergamino manuscritos en el siglo XVIII por los monjes de la orden servita, el órgano del primer cuarto de sigloXV...