Con la mirada puesta en las inminentes celebraciones familiares, se nos ha ocurrido darle un pequeño toque personal a uno de los productos "estrella" de estas fechas.   Naturalmente nos referimos a los gambones congelados.   Esos que compramos, casi todos, en las grandes superficies y que provienen de las cosas del pacífico.   Se trata de especímenes sorprendentes, por su tamaño, pero que en la mayoría de las ocasiones tienen escaso sabor.   Por ello os proponemos aportarles, con una pizca de cayena, y otras especies "sabrosas" ese toque especial que los haga atractivos.
Para ello, nada más fácil que pelar los gambones (reservando las cabezas para un magnifico caldo de pescado que, seguro, dará gusto y sabor a un buen arroz).   Las insertamos en unos palos de brocheta y las maceramos durante unos diez minutos con una mezcla a base de cayena picada, pimienta, sal y otras especies al gusto.   Todo ello lo ligamos con aceite de oliva virgen.   Pasado el tiempo de maceración y sin más añadido, ponemos nuestras brochetas de gambones en una plancha bien caliente.   Un vuelta y vuelta será suficiente para que no pierdan la jugosidad.   Que os aproveche.
...