Mira que me lo juré. Mira que dije a mi misma, que no me iba a comprar una Crock-Pot, pero cada vez que me saltaban en Instagram las actualizaciones de Marta de Crockpotting, se me iba ablandando el corazón. Después de llevar varios meses pensando que lo había superado, zas , me sorprendí a mi misma comprándola en una oferta Flash de Amazon, concretamente esta.
Crock-Pot es la marca más conocida y pionera en las ollas de cocción lenta o slow cookers.  Es un electrodoméstico muy popular en Estados Unidos. Estas ollas cocinan muy lentamente a una temperatura muy baja. Estos tiempos de hasta 9 horas y mas, pueden parecer excesivos tanto en el tiempo como en el consumo, pero a pesar de las horas que está encendido su consumo es muy bajo, unas 20 veces menos que una vitrocerámica.  Simplemente se introducen los ingredientes, a veces en crudo a veces dorados o pochados, se enciende y se deja que el calor haga el resto. Se puede dejar perfectamente funcionando durante la noche o durante el día mientras estás fuera ya que a pesar de tratarse de un aparato electrónico, nada saldrá ardiendo ni quemándose, puesto que su temperatura es muy baja. Su inventor se llamaba Irving Naxon y la idea surgió  por la historia que le contaba su abuela cuando vivía en Lituania. Se trataba de un Cholent,  un guiso típico judío que cocinaba durante 12 horas en el horno para comer el Sabbath.  Ella solía dejarlo en el horno apagado de la panadería de al lado de su cas...