Desde que tengo recuerdos en mi casa siempre ha estado el pimentón encima de la mesa para el desayuno, mis padres preparaban un plato con AOVE y con una cucharada de pimentón, bien mezclado. Con una buena tostada de pan que "refregábamos" con ajo y poníamos sobre el aceite con pimentón, escurríamos y listo, teníamos la tostada. Un desayuno sano, perfecto de domingo cuando teníamos algo mas de tiempo para disfrutar del desayuno.

Los domingos cuando nos levantamos en la casa de campo mi padre ya tenía a tope la chimenea, sonaban los chasquidos de los palos al prender, y te levantabas al olor de las tostadas sobre las ascuas. Con el brasero ya calentando la mesa nos sentábamos y con el vaso de cacao bien calentito disfrutábamos de esa tostada que a día de hoy sigo disfrutando, lo único que en vez de preparar el plato con aceite y pimentón me pongo un chorrito de aceite y espolvoreo el pimentón, sin ajo porque la verdad el cuerpo no es el mismo y eso de acordarte de lo que has desayunado toda la mañana no me gusta.
Con este pan me voy a ahorrar poner el pimentón y solo me va a hacer falta poner el AOVE

Una sorpresa al cortarlo

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