Ya sabéis que me encantan los dulces y que unos de mis preferidos son esos clásicos, los de toda la vida que puedes encontrar en casa de la abuela o en esa tienda que cuando estas visitando una ciudad te paras delante del escaparate, esas tiendas que se llaman despacho de pan que entras y tienen ese mostrador desgastado de tantas dulces ilusiones que han entregado con una sonrisa y que cuando disfrutas de ese bocado te vienen a la cabeza recuerdos de cuando eras pequeño y tu abuela te daba algo rico para merendar.

Ese es el que os traigo hoy, uno que me trae dulces recuerdos de un tío de mi madre venía a visitarnos y nos traía una cajita de hojaldres, así en tiras y que era un dulce reservado para los mayores pero que te daban un bocado casi poniendo los dedos para que no mordieras mas de la cuenta y siempre poniendo las manos debajo para no caer migas, los lazos de San Guillermo
Fáciles de hacer con unos pocos ingredientes y la socorrida lamina de hojaldre

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