Érase una vez... la otra mitad en el Reino de nuestra Cuentista.
Me consta que no es diciembre, también sé que no es Navidad... ya ha pasado. Pero la Navidad es una época del año muy importante y bonita para nuestra Cuentista, es una de esas personas orgullosamente demodé que disfruta de las fiestas navideñas. Y las disfruta mucho... aunque también es consciente de que no se lleva que te gusten esas fechas.
En Navidad se reparte amor y estos roscos de vino tienen varios quintales (como diría su padre, el zagal de nuestro Reino) de amor. Lleva dos años haciendo roscos de vino caseros y siempre son para la misma persona, su hermano Pablo, la otra mitad Cuentista, la otra parte de este Reino.
Aprendió a hacerlos por y para él. 
Por supuesto él no se plantea preparar y hornear roscos de vino, para eso está la Cuentista y además sabe que si los hiciera él no llevarían tantos quintales de cariño, de manera que se deja querer. Así no perderemos la receta pequeño. Aquí se queda en nuestro libro.

De la despensa:
150 gr. de harina de fuerza.
150 gr. de harina de trigo normal.
50 gr. de semillas de sésamo (podéis encontrarlo como ajónjoli).
130 gr. de azúcar glas. (70+60)
125 gr. de manteca de cerdo ibérica (en casi todos los súper mercados la encontráis).
1/4 de cucharadita de postre de canela.
1 cucharada sopera de anís.
125gr. de vino moscatel.

Moraleja: A nosotros siempre nos han gustado los roscos y las cajas de Navidad suelen traer muy p...