Echa la sal y lo remueves para que se diluya.
Pruébalo de sal para que no te quede soso, si hace falta le echas un poco mas.
Corta los tallos de la ajedrea.
Ata con un cordel las ramitas de ajedrea y las hojas de garrofera.
Coloca las hierbas en el tarro, procura que quede bien sumergidas.
Con un cuchillo le haces un par de cortes en la base del pimiento.
Lo abres un poco y echa una cucharada pequeña de sal en el interior.
Coloca el pimiento en el tarro y lo aprietas para que salga el aire y se quede sumergido en el caldo.
Haz lo mismo con el resto de pimientos.
Pon pimientos hasta que el tarro esté lleno, pero procura que todos queden sumergidos en el caldo. Tapa el tarro y deja que repose en un lugar que no haga mucha calor.
Pasado al menos un día los pimientos habrán cambiado de color, se habrán echo mas amarillos.
Ya los tienes encurtidos y listos para comer.
Saca los pimientos y los escurres bien, ya puedes comerlos.
Conforme vayas sacando pimientos del bote, pon otros verdes para que se vayan haciendo, así siempre tendrás listos para comer.
Recuerda que tienes que hacerles un par de cortes y echarles una cucharada pequeña de sal en el interior.
Pues ya tienes esta forma tan sabrosa y tradicional de encurtir los pimientos.

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