Comer con los ojos, esta expresión, que habremos repetido un montón de veces cuando, sin saber muy bien cómo,  es el sentido de la vista, y no el clásico sentido del gusto o el olfato el que ha elegido que plato se va a servir en vuestra mesa. Ya no nos resulta extraño que incluso los restaurantes más punteros de Madrid capital requieran necesariamente los servicios de un fotógrafo profesional de Madrid para conseguir elevar la calidad de sus publicaciones en redes sociales o lograr subir el rango de su marketing a otro nivel.
Y es que en la vida hay ciertos momentos en los que la frase comer con los ojos se vuelve máxima, en lo referente al estómago, en tanto en cuanto la imagen de un plato suculento y extremadamente apetecible nos despertará una sensación de hambre inmediata, sin tener que recurrir en modo alguno al gusto y mucho menos al olfato. Ahí reside la magia del fotógrafo de alimentos. En un estudio, realizado por el CSIC, se hizo una cata de vinos, en la cual un grupo de sujetos probó una copa de vino blanco, el 100% de los participantes definió la bebida como el clásico vino blanco. Tras una pausa prudencial se les sirvió el mismo vino al que se le había añadido un colorante insípido pero que enrojecía el vino haciéndolo parecer tinto. Como podéis suponer todos los participantes coincidieron en que el sabor era, sin lugar a dudas, el del clásico vino tinto. Con lo cual se demostró bien a las claras que la vista puede condicionar ...