Hoy, hace 29 años nació una preciosa niña, ése día aquella pequeña muñeca se cogió de mi mano. Ella es mi hija, una persona que brilla con su propia luz, ésa luz que la acompaña allá donde va, que ilumina todo a su paso, con su fuerza, con garra, carácter y personalidad. Es un ser especial de las que dejan huella a quienes se cruzan en su camino. Ella busca sus sueños y deslumbra cuando los consigue, porque tiene magia y ésa magia la contagia a los demás, dejando momentos de alegría, de risas, de sueños, de amistad, de cariño?? 
Yo tengo la suerte de ser su madre y es de las pocas personas que me han enseñado lo bonita que es la vida, lo importante que es luchar por los que quiero, por los sueños y nunca rendirme, saber por qué y por quién merece la pena vivirla.  Tal día como hoy, 20 de Noviembre, la luz de sus ojos me iluminó y yo también me cogí de sus manos y no la he soltado jamás. Aprendí con ella que si encuentras un obstáculo en el camino no hay porque caerse, si ello ocurre, hay que levantarse porque la vida es una y sólo se vive una vez. 
Nunca la soltaré de la mano, jamás, siempre estaré ahí para que siga brillando, para que siga su camino, que continúe soñando y siendo ésa luz que ilumina. Tengo que pedir disculpas a quienes siguen mi blog, éste libro de bitácoras de mi vida no sólo de ésta parte gastronómica en el que se ha convertido ?Mi Cocina?, por no tener relación la introducción con...