El día que mi mujer me pregunta "¿vamos a la Barceloneta a comernos una bomba"" me hace el hombre más feliz del mundo. Os cuento que, para los que no lo conozcan, la Barceloneta es un barrio marinero de Barcelona que a mí se me antoja algo peculiar. Está lleno de bares y en algunos de ellos la bomba es una tapa muy popular. A mí concretamente me gusta ira a uno de ellos, comerme una bomba, alguna que otra tapa (unos mejillones, unos calamares a la romana, unos pimientos del padrón por ejemplo) y de postre una crema catalana. Soy feliz con poca cosa. Bien es cierto que no solo en aquella zona de Barcelona se puede disfrutar de una bomba, pues este plato es muy conocido, incluso lo he visto en otros muchos lugares de España. La bomba consiste, a grosso, modo en una bola de patata cocida rellena de un sofrito de carne, acompañada de una salsa picante. Recuerdo que el verano pasado fuimos a tapear por aquella zona de La Barceloneta. Antes de comer fuimos a darnos un bañito a la playa y allí el ambiente es muy (no sé cómo llamarlo) diverso. De pronto te ves a unas señoras de toda la vida del barrio junto a unos guiris alemanes de apariencia algo snob tratando de salvar una medusa apalancada en la orilla de la playa. Las señoras intentando hablar tanto en catalán como en español con los guiris, que hablan en alemán y hacen lo que pueden por comunicarse en inglés con sus interlocutoras. Ellas queriendo llamar al socorrista para salvar a la...