Es posible que sea la primera cerveza que probaste, incluso que aquella ocasión fuese la primera vez que probabas una bebida alcohólica y hasta es posible que no te gustara, que pensaras que cómo a alguien le puede gustar la cerveza… pero hoy no puede faltar en tu nevera.
Momentos que tú también has compartido tu cerveza favorita

Todos tenemos mil historias en las que nuestra cerveza favorita estaba presente, pero es hay algunas que seguramente las compartimos todos:

La has levantado en el vaso para brindar con tus amigos para celebrar los momentos de éxitos, ha estado contigo para levantarte el ánimo en aquellos otros momentos que pensabas que habían sido un fracaso, pero que al final te diste cuenta de que solo fueron lecciones que te allanaron el camino para conseguir nuevos éxitos, para volver a brindar. Ver una competición deportiva no es lo mismo si no es ella la que llena tu vaso, pues con tu cerveza favorita las victorias de tu equipo son más gloriosas y sus derrotas duelen menos.
La recuerdas mezclada con el sabor de tus primeros besos, cuando ya eras lo suficientemente mayor como para beber alcohol y te parecía que tomar cerveza era lo más.
Te ha calmado la sed entre canción y canción cuando ibas a conciertos de grupo favorito y te quedabas sin aliento coreando las canciones a pleno pulmón.
Llegar a casa después de una dura jornada de trabajo y encontrarla en la nevera esperándote sigue siendo uno de los mejores momentos del día.
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