No sé ni siquiera como empezar este post, porque la emoción me embarga. Lo sé, soy exagerada, pero hace poco mas de 15 días que tengo la pacificadora Silvercrest de Lidl y desde que la compré estoy soñando con ella. Bueno, reconozco que ya estoy más tranquila, pero siento una emoción que creo que no he sentido nunca por un electrodoméstico, y ojo, que tengo robots de cocina por valor de ? 6000 entre unas cosas y otras. Pero esta pequeña máquina, me la robado el corazón, literalmente.
Llevo años oyendo hablar de la panificadora, de hecho la conozco de los tiempos pre-blog allá por el 2005 (exacto 2005) del foro MundoRecetas. ¿que buenas cosas salieron de allí, verdad". Bueno, pues en el foro había un hilo de panificadoras, la Bifinet, la Chef-o-matic, la Cocinera, y yo veía esas recetas de panes y otras cosas que preparaban con envidia. De hecho recuerdo haber ido un día a Alcampo (a 80 km) para comprar una Chef-o-matic pero no había. En aquella época ni tenía tantos programas, ni se podían quitar las aspas (creo recordar) pero se podían hacer otras muchas cosas. El destino quiso que me olvidara de ella hasta que hace un año mi prima Jordana se compró una panificadora, y después vino el confinamiento. Y yo, durante el confinamiento desee haber tenido la maquinita de marras. Así que hace un par de semanas, cuando recibí el catálogo de Lidl y vi que el sábado 19 ponían la pacificadora de nuevo a la venta, decidí que era mi oportunidad.
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