Tarta de queso con almendras molidas, salsa de frambuesas y flores secas de lavanda. También tiene una crujiente masa quebrada con sabor a limón y mantequilla, además, de todo eso, es pura poesía del campo. La tarta lleva una rejilla de merengue gratinado con trocitos de almendras tostadas.

La tarta la hice ayer para las meriendas toda la semana. La fragancia de la lavanda al  cocinarla en el horno todavía se conserva en cada rincón de mi casa.
De la misma forma que un perfume; las primeras notas de olor y sabor son de las flores secas de lavanda que se pierden con el sabor de la almendra amarga del licor amaretto, para luego mezclarse con el dulce sabor de la salsa de las frambuesas.

Una tarta que te sorprende por su aspecto, aroma y el sabor inesperado que produce deliciosamente en el paladar. Además de todo eso, su fragancia resulta inmensamente agradable y relajante.

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